viernes, 14 de septiembre de 2012

Me dijeron que para enamorarla tenía que hacerla reír...

...Pero cada vez que ella ríe, me enamoro yo.
Muchos de los recuerdos que tengo con ella son aquí, entre las cuatro paredes de esta pequeña habitación que nos ha visto tanto llorar de risa, como de tristeza la infinidad de veces que hemos sentido que nos podía la vida. La risa, los cuentos, los malos momentos... Todo lo he vivido a su lado. Con la más bonita que ninguna, y la más especial de todas. La que comparte todos y cada uno de mis días, física o moralmente. De la primera que me acuerdo al despertar, incluso al otro lado del mundo... Puede llegar a sonar absurdo, pero es así. Que como dice una de nuestras muchas canciones, ella tiene un don. No todo el mundo tiene la suerte de contar con alguien tan capaz de echarse cualquier tipo de duda a la espalda, e ir hasta el mismísimo fin del mundo para traerte una mísera razón para sonreír. Aunque, contando con ella, ¿quién no lo haría? Sé que si nos cuidamos, podemos llegar a no faltarnos nunca. Perderla, sinónimo de perderlo todo. 
Una de las personas a las que más quiero sobre la faz de la tierra, mi hermana, cumple 17 años, cinco conmigo. Cinco largos años los que llevamos planeando el asalto al mundo; siempre sin frenos, siempre con ganas. Cuatro mil millones los que nos quedan. Nunca nadie podría haber imaginado que existirían dos personas tan parecidas, y a la vez tan diferentes; pero llegó ese preciso momento en el que dos personas se encuentran. Supongo que muy pocos habrían apostado un duro por nosotras, pero seguimos aquí, siempre preparadas para el siguiente golpe con el que quiera sorprendernos la vida. Puedo decir, sin lugar a duda, que igual que tiene una de las peores malas leches que jamás nadie haya poseído, tiene el corazón más grande de todas las personas que conozco. Y que ella siempre será dueña de parte del mío, eso es algo que simplemente sabes. Cuando ves que es la única persona que confía en ti y en tu fuerza, aún cuando tú mismo has dejado de hacerlo. Cuando aceptas que lo que le vaya a pasar a ella, forma parte de ti. Y sobre todo, cuando tu estado de ánimo depende de su estado de ánimo, y viceversa. Lo que queda al final del día no son las discusiones, los planes no cumplidos, ni las veces que os habéis podido gritar... Es todo lo anterior. Jamás entenderé que la especialidad del día a la hora de cerrar sea siempre una sonrisa sin importar qué se haya roto.
Estoy orgullosa de como es, de como se toma la vida. Comete errores como cualquier humano, pero siempre, siempre ha sabido afrontarlos, incluso ha sabido como afrontar los míos cuando yo creía que todo estaba perdido. Ver como aparece con su media sonrisa y en sus ojos ser capaz de leer: 'intentaré por todos los medios verte feliz, no sé como, pero estamos juntas en esto, como en todo.', créedme que es de las mejores cosas que me han ocurrido y me podrán ocurrir nunca. 
El futuro es un monstruo al que yo no temo, y es gracias a ella. Porque sé que pase lo que pase, seguiremos al lado. Porque no hay duda de que sabremos salvarnos siempre. 
¡FELICIDADES PRINCESA!


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